TAOISMO Y ARTE
Breves comentarios
La alternancia es necesaria para existir; las aparentes calamidades son a menudo beneficios disfrazados. Lo bajo tiene su utilidad, no menos que lo alto; lo último, no menos que lo primero. La expansión supone la contracción, lo recto supone lo torcido, lo fuerte supone lo débil. Levantarse y caer, dar y recibir… todo en su lugar sirve a una necesidad. Ninguna tormenta dura para siempre, ninguna lluvia cae sin cesar… Así pues, por qué preocuparse? Sabio es quien conoce perfectamente que la aceptación es siempre lo mejor; podemos confiar en que la naturaleza nos brindará sus frutos a su debido tiempo y sazón: entrometerse con sus operaciones es buscarse la pena merecida.
La blandura vence a la dureza como el agua supera todos los obstáculos que se ponen a su curso. La arrogancia y la belicosidad profanan el camino del cielo y llevan desgracia en su comitiva. La verdadera sabiduría, la auténtica superioridad, consiste en dejar que las cosas sigan su curso y en que nunca nos domine la rivalidad. Las plantas que se resisten acaban por ser derribadas o quebradas; las plantas flexibles sobreviven al temporal. Esto es lo que significa aprender a vivir de acuerdo a la naturaleza.
Una consecuencia de dejar que las cosas sean como son es la libertad con que se quedan las personas para hacer lo suyo. Lao-tzú condenó el discurso de benevolencia, piedad filial y lealtad hacia los gobernantes que era tan típico de los confucianos (de Confucio). Dio a entender que la insistencia en estas cosas es señal segura de que se encuentran en decadencia.
El método del sabio consiste en hacer sólo lo necesario cuando las cosas van mal, y luego retirarse del escenario, sin malgastar ni palabras, ni pensamientos por lo que ya ha pasado… "
Anterior - Siguiente