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MASCARAS ANIMISTAS

Fragmentos del libro de José Mosé, MASCARAS ANIMISTAS. Ediciones Culturales Argentinas del
Ministerio de Cultura y Educación . Buenos Aires, Año 1979. Las ilustraciones pertenecen al mismo libro.

Desde muy antiguo el hombre ha querido, en especiales circunstancias, disimular su faz o tratar de hacer pasar desapercibida su autentica personalidad.
Muchos s medios han sido utilizados para ello. Pero el que más se ha generalizado, y ha llegado hasta nuestros días, aún en pueblos que por su cultura general y religiosa no permiten sospechar ninguna intención menos recta es la de la llamada "máscara " que no siempre es un antifaz, al antiguo estilo veneciano ni una mascarilla que cubre el rostro, en los monumentos funerarios, sino que en algunos casos se trata de una verdadera vestimenta, como podemos observar en las ceremonias afro-brasileñas y en multitud de lugares europeos, o en muchas pautas de la Grecia actual y en diversos países o grupos étnicos de la mas extraordinaria dispersión, incluyendo Asia y África.
Desde ahora es muy conveniente tener en cuenta que este ensayo encierra, en el término "máscara", cualquier forma de vestimenta u ornato destinado a desfigurar la verdadera apariencia del que la lleva.
Si bien, es necesario observar que, la mayor parte de los que las han usado o usan, se limitan a cubrir el rostro únicamente.
Su dispersión en el tiempo y en el espacio, nos prohíbe hacer otra cosa que intentar dejar una idea, lo mas clara posible, del misterio que ha sido el uso de la máscara., la cual aparece con los primeros rudimentos de expresión del ser humano.
Debemos dejar sentado que la máscara en algunos lugares, en la actualidad, tiene un sentido religioso, en otros mágico, en otros artístico, frecuentemente festivo, de manera que no daremos una interpretación de sus usos actuales, puesto que ha sufrido cambios, transformaciones, deformaciones a través de los siglos. Nos ceñiremos a una exposición por uso, lugares o zonas puesto que juzgamos imposible rastrear su origen en cada pueblo, si bien sospechamos que la máscara tiene un origen único y común: el animismo, que influyó mas tarde en las expresiones mágicas y de ahí en adelante, ha ido sufriendo sucesivas transformaciones.
Lo que hemos podido recoger nos permite explicarla en sus orígenes por presión del miedo; mas adelante, en deseo de ocultar la personalidad, con diversos fines. Después el arte la recibe como vemos en el teatro griego y en el teatro Nho del Japón, para permanecer con una riqueza de valores, aún poco sondeados, en las culturas africanas, las cuales todavía ofrecen la posibilidad de llegar a un conocimiento de lo que habría sido el sentido de la máscara en la antigüedad, mejor diríamos, en sus orígenes.
No es raro , sin embargo, encontrar máscaras de gran valor artístico y material, como las que usaron de forma muy extendida los pueblos nahvas, toltecas, aztecas, así como los mayas y quichés. En éste caso representaban a los rostros de sus reyes y sacerdotes "divinizados", dice un autor, pudiendo distinguirse en ellas el tipo racial, cuando no un retrato.
Dudo que esto sea exacto y no una interpretación personal del investigador. Pero carecemos de fuentes que nos permitan opinar de otra manera con la suficiente seguridad.
No nos detendremos en las máscaras funerarias de diversos pueblos como la maravillosa y perfecta de Tutankamon, en oro. Las cuales sí tenderían a ser una mascarilla-retrato más que una máscara en el sentido estricto que intentamos tratar.