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Tango

Buenos Aires - Argentina
Año X - Nº 41 - Nov. / Dic. 2013
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AL COMPAS DE "LAS TRABADAS"

Las modas siempre vienen -y vinieron en tiempos idos-  de París, la ciudad que aturde a las mujeres con sus perfumes, con sus diseños y con sus luces.

La revista-periódico PBT, en 1910, destinaba dos páginas a las trabadas, con nueve grabados en total, y  entre otras cosas decía: "Las tendencias de la nueva moda  se acentúan, siendo la estrechez excesiva de las  polleras lo que caracteriza sobre todo las creaciones de los grandes modistos de París. Tal es la estrechez que, las que se sujetan estrictamente a la moda apenas pueden caminar, sentarse, subir una escalera  o subir al  coche. La pollera de moda no mide más que un metro de ruedo."  

Ya que nos hemos referido a las trabadas incursionaremos un poco en el tema mujer-tango. Y partimos de  una base: sobre la mujer se han escrito tanto las páginas bellas como las más horribles y negativas. Pablo Mantegazza, en "Así son las mujeres" habla extensamente  sobre lo bueno y lo malo de la mujer. Y trae citas de  autores célebres, desde Diógenes, que afirmaba: "El hombre no puede poseer nada mejor que una buena mujer  ni nada peor que una mujer perversa", hasta Balzac que decía: "Ellas saben llorar admirablemente. Ellas lloran cuando quieren, como quieren y cuanto quieren."

Tango - Frantisek Kupka, 1909

Los letristas de tango también han dicho cosas buenas, y cosas malas acerca de la mujer. Para el tango Cuánta angustia, de Julián Plaza,  Manolo Barros escribió:

¡Cuántas veces por vos

he llegado a mentir

en el nombre de Dios!

No te quedes un minuto más

que  mi vida ya no tiene paz ...

Está presente el hombre que quiere, que se reprocha haber mentido por ella en el nombre de Dios y que le pide que se aleje porque no tiene paz. Pero al final la debilidad se impone en el personaje, que dice:

Pero al verte partir

con horror te abracé

por temor a morir.  

Así se completa un triángulo sentimental que se perfila repetidamente en las letras de tango: amor-deslealtad-perdón. El hombre que quiere, la mujer que no es derecha o que no satisface completamente al varón por motivos diferentes, el miedo a perderla, etc., son enfoques muy frecuentes. Por ejemplo, Abel Aznar para el tango Vos hacés lo que querés, de Alfredo Calabró escribió:

Hasta ahora yo he vivido amargamente mi  existencia

sometido a tus caprichos, y a tu forma de pensar

con los labios apretados, por decoro o por decencia

hasta ahora no hice nada, nada más que soportar!

¿Te parece que esta vida es la vida de un humano?

¿Que no tengo sentimientos, que no tengo corazón?

Lo que juras con tu boca me lo arrancas con tu mano

y me hundes en la angustia y en la desesperación.  

Salta a la vista que la mujer a que se refiere esta letra  de tango deja mucho que desear, aunque la perdone el  hombre que la ama y que al final grita desesperado:

¡Yo te juro que no entiendo qué cariño me tenés

si después de darme un beso te hace daño mi presencia!

si aunque digas lo que digas ...

vos hacés lo que querés!

The blue ribbon - Frantisek Kupka

Pero también existe entre ese inmenso bosque de letras donde juegan el amor, la incomprensión, el engaño y el infaltable perdón, otras letras en las cuales el amor  saludable y valioso juega el principal papel. De Armando Cupo y Mario Soto es el tango Una vida más. Vale la pena  subrayar algunos de los mensajes de este tango que  se compuso, se estrenó y pasó ...

Ansiedad de saber  que vendrá

a endulzar nuestro hogar

el tesoro de un  hijo!

Que ha de ser en nuestras vidas

la esperanza  más querida.  

Luego se dirige a su esposa para decirle:

Angel que, desde el cielo

Llega para los dos!

Por lo mucho que te quiero...

adorandote lo espero.

Hoy te siento más cerca de mí

y quisiera feliz

levantarte en mis brazos.

En verdad, es éste un tema tanguístico poco usual y que merece ser  repetido y ampliado para bien de la música popular rioplatense y de forma de ir borrando  esa otra Imagen que, de algún modo, quiere castigar o ensombrecer al tango.

Podríamos citar muchas letras (no está en nuestros  propósitos el hacerlo) en las cuales, por ejemplo, el tema  central es la madre.  Manuel Molina Álvarez  puso letra  a un tango de Agustín Rolfo titulado Madre querida. En  su parte inicial dice así:

Yo tengo la madre más buena  y querida

por eso con ella quisiera rogar

por todas aquellas que mueren en vida

pues hasta los hijos las hacen penar ...  

 

ALGUNOS NOMBRES...

Permítansenos  unos pasos más en el tema referente  al binomio mujer-tango.  Los nombres que primero se anidaron en el dos por  cuatro fueron aquellos de las dueñas de las famosas casas  de entretenimiento, diversión y baile: María la Vasca, la Vieja Eustaquia, la Parda Adelina, la Morocha Lara  Concepción Amaya (Mamita) y muchas más. No cabe duda, asimismo, que los nombres de tonadilleras como  Inés Berutti, Teresita Zazá y la ascendente figura internacional y de todos los tiempos Lola Membrives le dieron la mano al tango en su crecimiento saludable.

En tangos de la primera época aparecen nombres de  mujeres que fueron objeto de dedicatorias y que, por tal razón, forman parte vital de esta música, ya que fueron motivo de inspiración, en unos casos, y destinatarios amables, en otros. En este aspecto, figuran nombres como los de Hortensia A. de Vidal, a quien el alemán Arturo Herman Berstein le dedicó el tango La Gaita, en tiempos en que José V. Balerio editaba partituras en la calle Salguero 1175; Pepita Avellaneda, Flora Hortensia Gobbi  y, coronando un ramillete de nombres femeninos, Rosa Rodríguez Quiroga -conocida por todos los amigos del tango con el nombre de Rosita Quiroga- se suman al inventario. Rosita Quiroga fue bandoneonista  de primera agua (discípula de Arolas) y a ella nos  hemos referido en los comentarios referentes al fin del  siglo pasado.

En cuanto a Pepita Avellaneda, cuyo nombre de pila era Josefa Calatti, merece un párrafo aparte. Vino al  mundo posiblemente en 1884 -como ya lo dijimos-, y se nos fue no hace mucho tiempo, en 1951. Se inició como  coplera en el Teatro San Felipe, de Montevideo, también cuna de tangos. Llegó a Buenos Aires en pleno florecer de la música a la cual dedicó su gracia, su coraje y su pasión. Los tangos que surgieron de la inspiración de Villoldo, de Gobbi, de Saborido y de otros creadores de la Guardia Vieja encontraron en Pepita Avellaneda la expresión oral que resonó desde el Bajo hasta el Cosmopolita, desde el viejo Casino hasta el Armenonville, desde el Teatro Alcázar hasta el Palais de Glace...

Tras Pepita Avellaneda tenemos que citar, entre otras polleras que se anidaron en el tango, a Linda Thelma (Ermelinda Spinelli), como dijimos oportunamente nacida en 1884.

 

Fuente:
SOBRINO, Constantino: Manual, guía, enciclopedia, crónica y diccionario del Tango


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