Revista de Artes
Edición nº 14

Mayo / Junio 2009
Buenos Aires
- Argentina


danza

Coreógrafo, bailarín, escritor, director artístico, estudioso de la  opera china y budista practicante...

---Lin Hwai-Min --

Nacido en Taiwán, en 1947 - nieto de calígrafos de una burguesía alta, hijo de padres educados  en universidades norteamericanas-  es coreógrafo, bailarín, escritor, director artístico, estudioso de la  opera china y budista practicante. Estudió danza clásica en Japón y Korea y danza moderna en Nueva Cork  con Martha Graham y Merce Cunningham, convirtiéndose en un pionero de la danza contemporánea en Asia, su labor en su ámbito ha sido comparada  con el trabajo de “deconstrucción” del ballet clásico efectuada por William Forsythe. Tras una primera época más apegada a la estética y la narratividad tradicionales (suntuosos trajes de seda, dramatismo de ópera china, adaptación de cuentos y novelas populares) Lin ha evolucionado hacia un lenguaje despojado, minimalista, espiritual, de gran belleza.

Su lenguaje coreográfico implica una verdadera fusión entre la tradición asiática y la danza contemporánea.
El y su compañía, Cloud Gate Dance Theatre, son admirados en el Lejano Oriente  y  en diversos países occidentales, tras haber actuado ya con éxito en la Deutsche Oper de Berlín,  el Kennedy Center de Washington,  teatros de París, Nueva York, Roma,  Londres y España. Es  fundador, director y coreógrafo de la compañía Cloud Gate Dance Theatre of Taiwan, cuyo proviene de una antiquísima danza ritual china. Lin Hwai-Min la fundó en 1973, al regresar a su tierra luego de permanecer unos años en EEUU, creando un estilo propio de danza.

La danza en Taiwán estaba sumergida bajo un preconcepto referido a la breve extensión de las piernas de los  taiwaneses.  Lin Hwai-Min diría al respecto: "La danza es una forma artística relacionada con la mente, ¿por qué no podemos danzar?”

Una parte importante del entrenamiento de los 25 bailarines de la compañía está constituido por disciplinas  con un fuerte  acento en la concentración mental –artes marciales,  meditación y  caligrafía china-, también estudian ópera china,  ballet y lenguaje contemporáneo con elementos de las danzas cortesanas de Japón, Corea o Camboya. Tras años de formación,  los bailarines de Cloud Gate se mueven como nadie lo ha hecho en la historia de la danza, es un movimiento orgánico que proyecta una poderosa energía.
“Ya no me interesa contar historias y no creo que la danza pueda cambiar la sociedad. Con mis obras sólo busco crear un espacio de serenidad, de reflexión, apartado del ritmo de la vida cotidiana, de la telebasura, de la incomprensible guerra de Iraq y la rabia que ha generado …” explica Lin Hwai Min, que describe así su trabajo: “El ballet clásico occidental se proyecta a lo alto, como las iglesias católicas. Mi trabajo está conectado con las artes chinas. Dominan los movimientos hacia abajo, hacia la tierra, las raíces y los circulares. La respiración y el flujo de energía son las bases. Los bailarines no hacen una representación, sino que se remiten a su mundo interior. No proyectamos hacia una audiencia, sino que la traemos con nosotros al escenario. El público termina respirando a nuestro ritmo”.
Hwai-min señala :"El movimiento empieza desde dentro hacia fuera y desde abajo, arranca en el perineo". "Si el bailarín occidental es como un Ícaro que va siempre hacia arriba, que se eleva como las iglesias católicas, nosotros vamos pegados a tierra, en horizontal, como la Gran Muralla, obteniendo de la tierra, la fuerza. Las rodillas siempre flexionadas y un movimiento no vertical, sino con la energía fluyendo en forma de ocho, creando espirales, como en la caligrafía pero sin trazos directos,  con un gran énfasis en la respiración."

El tiempo y el ritmo de sus coreografías  está íntimamente relacionado con el de la meditación, es una ceremonia que aquieta el espíritu.
Ha presentado en diferentes escenarios del mundo  "Moon Water" , desde su estreno en 1998. es una lírica metáfora sobre un proverbio budista, según el cual, las flores en un espejo y la luna sobre el agua son ilusorias.

Moon water (Agua de Luna) tiene como banda sonora fragmentos de las Suites para chelo solo de Bach, en grabación de Misha Maisky..

Es una pieza muy solicitada en todo el mundo porque "proporciona un espacio para respirar, es tranquila; el mundo está loco, y la música, el agua y el movimiento de los bailarines hacen que el público se sienta maravillosamente, incluso han llegado a llorar, aunque no se cuenta una historia", explica este artista de menuda complexión física, de singular y atrayente personalidad. La crítica internacional elogia  que muestre un  lenguaje nuevo. "Trato de hacer algo diferente, algo nuestro. No pienso en Oriente u Occidente, sólo me expreso; a veces me preguntan por qué utilizo la música de Bach, y yo contesto, es parte de mi vida", insiste el director de la compañía, en la que trabajan 25 bailarines, formados en artes marciales asiáticas (especialmente en el Tai Chi Tao Yin), meditación, la ópera tradicional china, ballet, danza contemporánea y caligrafía -una forma de meditar-.Otra de sus coreografías, Song of the Wanderers trata el tema de la peregrinación. Inspirada en numerosos rituales esotéricos de diversas religiones, desde los baños en el Ganges de los hindús hasta los derviches giróvagos de Turquía. La música que acompaña gran parte del ballet es una serie de canciones tradicionales y religiosas de Georgia, en las que se entremezclan las influencias ortodoxas e islámicas. La propia escenografía responde a esta exigencia ritual, el escenario está cubierto por toneladas de arroz, en una esquina un monje tibetano permanece inmovil mientras el arroz lleve sobre él y en un plano posterior, un labrador remueve sin cesar el arroz con la azada: cuando termina el ballet, el escenario se ha convertido en la reproducción de un jardín zen japonés.Los movimientos básicos de los bailarines están basados en la técnica de relajación y meditación denominada Tai-chi, combinados con elementos característicos de la técnica Graham. Pero poco o nada de lo que hemos contado hasta ahora interesa a los espectadores, a los que basta con la singular belleza de este ballet. Pocas veces en la danza contemporánea se le otorga al espectador la función que le es propia: mirar.


Wang Wei-ming in Songs of the Wanderers (photograph: Yu Hui-hung)

“Wild Cursive”, obra de 2005 es la parte final de una trilogía integrada por “Cursive II” y “Cursive I”. Sin embargo, “Wild Cursive” tiene una coherencia que la constituye en una obra en sí misma. Esta danza, inspirada en la caligrafía china (más específicamente la llamada Kuang Chao, "cursiva” o “caligrafía silvestre o salvaje") mantiene una particular coherencia estética donde se combinan a la perfección el movimiento, la escenografía y el sonido.

El sonido electroacústico incluye desde el sonido de las olas en la rompiente hasta la sutileza de una  gota de agua que cae. Un perfecto diseño musical o sonoro, si se quiere, realizado con sutileza e inteligencia por Jim Shum y Liang Chun-mei, quienes permiten que el sonido marque momentos, secuencias, climas y texturas que se traducen en movimiento como un perfecto engranaje en pos de la belleza más sublime. Con otros códigos y otros parámetros, Lin Hwai retoma un lenguaje que también expuso en la magnificente obra “Moon Water” una suerte de danza contemporánea en deliberada fusión con elementos del Tai Chi. La escenografía, que al igual que la música, determina secuencias, consiste en paneles color marfil que van descendiendo y determinando espacios a recorrer, donde los bailarines aparecen y desaparecen, proyectan sus sombras o, simplemente, se incorporan al paisaje escénico. Cada uno de esos paneles representa los rollos de papel de arroz donde se escribía durante el siglo II de la Nueva Era. A través de un ingenioso sistema de tubos o goteros, la tinta se va corriendo progresivamente sobre esos papeles (paneles) hasta semejar caracteres de escritura. En algunos, la tinta era negra, y en otros, rozaba los grises.

En esta magnífica realización, cada elemento forma parte de un todo absolutamente ensamblado. Los bailarines, que se desplazan con total dominio de cada parte de su cuerpo, se detienen en poses estáticas que luego se revierten en un dinamismo pleno y potente. Deslumbrante dominio del cuerpo y de la energía.



VIDEO: The Final Chapter of Cursive: A Trilogy- Cloud Gate Dance Theatre of Taiwan Choreography by Lin Hwai-min

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Además del éxito y el reconocimento mundial, Lin ha recibio el premio de "Coreógrafo del siglo concedido por la Danza Europea, ha recibido el Premio Ramón Magsaysay en 1999 y considerado por la revista Time uno de los héroes de Asia en su edición especial de 2005.
El Teatro de Danza de la Puerta de la Nube de Taiwan realiza  cada año actuaciones para las personas sin recursos económicos, a  las que acuden entre 50.000 y 60.000 espectadores.

FUENTES:
societatbach.org
www.elpais.com
xinhuanet.com
teatromadrid.com
danzahoy.com
youtube.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Revista de Artes Nº 14 - Mayo / Junio 2009
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