Revista de ArteS
Buenos Aires - Argentina
N° 21
Julio / Agosto 2010

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Marina Semiónova

Más de 6 décadas dedicadas a la danza en el teatro Bolshoi de Moscú

La gran bailarina rusa y maestra de ballet, Marina Semiónova, falleció el pasado 9 de junio, en su casa de Moscú a los 103 años de edad.


Imagen:RIA Novosti. Alexander Polyakov

Marina Semiónova y Nikolai Tseskaridze en la XI edición de los premios "Benois de la Danse",
conocido también como el Óscar de la danza, en el Bolshói. En 2003, Marina Semiónova obtuvo
el premio por su trayectoria profesional.

Según dijo Anatoli Ixánov, director del teatro Bolshoi, a la agencia RIA-Nóvosii: “Se ha ido una leyenda con la que se relacionan las mejores páginas de la historia del Bolshói. El teatro y todo el ballet ruso está de duelo”, dijo Ixánov en declaraciones .

“Marina Timoféyevna Semiónova fue fiel al teatro Bolshói hasta el último minuto. Primero brilló como prima bailarina y después fue una pedagoga sabia y absolutamente imprescindible” .

“Todos nosotros, sus alumnos, nos llamamos a nosotros mismos ‘el regimiento de Semiónova’. Para mí, Marina Timoféyevna fue no sólo una profesora, sino también una segunda madre, ya que perdí a mis padres muy joven. Ella se preocupó por mí, me alimentó, me dedicó mucho tiempo”, explicó Nikolái Tsiskaridze, primer bailarín del Bolshói.

Para el ex primer bailarín del Bolshói y pedagogo Mijaíl Lavrovski, “se fue una gran bailarina, el paradigma de la bailarina clásica”.

Agregó que “Marina Timoféyevna seguirá viva en sus alumnos y alumnas, pero su pérdida es irreparable, porque se fue no sólo una bailarina genial, sino también una personalidad extraordinaria, la quintaesencia del verdadero ballet ruso” .

Marina   Semiónova: Diosa de la danza rusa. © RIA Novosti. Rudolf Kucherov.
Imagen:RIA Novosti. Rudolf Kucherov


Marina Semiónova nació el 30 de mayo de 1908 en San Petersburgo durante la Rusia zarista.
Discípula de la escuela de ballet de San Petersburgo, Semiónova era predilecta de la legendaria
Agrippina Vagánova, maestra de ballet rusa que desarrolló el método Vagánova. En la foto: Marina
Semiónova en el papel de Diana Morel, ballet de Borís Asafiev “Llama de París”.


En la foto: Marina Semiónova en el ballet “Taras Bulba”, Teatro Bolshoi.


Semiónova comenzó su carrera en el teatro Kirov de San Petersburgo, que se llamó más tarde Mariinski, en plena revolución soviética. A partir de 1930, integró el cuerpo de baile del teatro Bolshói de Moscú, donde debutó con La Bayadera.

El cisne de Semionova marcó cómo enfrentar en la era moderna los roles del siglo XIX. En 1928, el escritor Stefan Zweig la vio bailar y no escatimó elogios: "Cuando sale a escena da la impresión de una tormenta repentina que removiera la tranquilidad de una existencia monótona".

En 1930 entró en el Bolshoi y su Kitri de Don Quijote cautivó al público, lo mismo que su Esmeralda o su Giselle, llegando a dotar de verdadera intensidad dramática a algunos personajes ya manidos o pasivos, como es el caso de Giselle. En 1935 fue la primera soviética invitada a bailar Giselle en la Ópera de París con Serge Lifar, y fue aclamada en la misma cuerda que antes lo fueron Anna Pavlova y Olga Spessitseva.

Rostislav Zajarov llegó a decir de ella que encarnaba un ideal de perfección estética (había protagonizado en 1938 su ballet El prisionero del Cáucaso, así como Taras Bulba). Ya en el ocaso bordó un papel ligero, Mirandolina, en el ballet homónimo de Vainonen y Vasilenko basado en Goldoni. En 1947 creó La Cenicienta, también de Zajarov, e hizo exclamar a Prokofiev: "¡Esto es exactamente lo que pide mi composición para el personaje de Cenicienta!", según recoge la biógrafa Svetlana Ivanova.

Se retiró en 1952 y era la decana de las ensayadoras del Bolshoi. Por sus manos pasaron Maya Plisetskaia, Marina Kondriateva, Nina Timofieva, Svetlana Adirkajeva, Nina Sorokina, Nadiezda Pavlova y Nina Semizorova, entre otras muchas estrellas. Era única preparando a las bailarinas en la compleja plasticidad de los roles clásicos. Fue maestra en la Academia Lunacharski y en la Escuela de Ballet de Moscú.

Su vida personal fue trágicamente discreta. Se casó dos veces, primero con el bailarín Victor Alexandrovich Semionov (no eran parientes), al que conoció en su juventud y que murió a los 52 años en Moscú. Antes de esto se había separado de él para casarse con el diplomático Lev Karajan, que fue víctima de las purgas estalinistas y ejecutado en un gulag a finales de los años treinta. Smakov ha dicho que Semionova cambió el perfil y el destino del baile femenino moderno en cuanto su estética clásica.

Hasta los últimos instantes de su vida fue fiel al teatro donde brilló como prima bailarina y después fue una pedagoga sabia e imprescindible.


En la foto: Marina Semiónova y Alexei Ermoláev en el ballet de Piotr Tchaikovski “El cascanueces”.


En su momento, Semiónova, vista como la sucesora de las bailarinas imperiales como Anna Pávlova y Tamara Karsávina, se convirtió en la primera gran bailarina responsable por haber salvado la tradición clásica cuando en 1918, los líderes revolucionarios estuvieron a punto de prohibir el arte del ballet por considerarlo burgués. Según memorias, el ministro de educación Lunachárski y su comitiva quedaron tan impresionados con una actuación de Semiónova que decidieron apoyar esa disciplina artística. Sus coetáneos llamaron el modo de bailar de Semiónova “heroico”, su aspecto, “majestuoso”, y a la propia bailarina, la consideraron “la Diosa de la danza”


Imagen:RIA Novosti. B.Vilenkin


Su Odette-Odile en “El lago de los cisnes” de Piotr Tchaikovski, Raymonda en el ballet homónimo de Alexander Glazunov impresionaron al público con una maestría inimitable. En la foto: Marina Semiónova en el ballet de Piotr Tchaikovski “El lago de los cisnes”.


Imagen:RIA Novosti. Rudolf Kucherov

Semiónova fue la primera bailarina soviética que triunfó en los escenarios occidentales en los años 30.



Imagen:RIA Novosti. L.Gdanov

En 1953 Semiónova se retiró al Bolshói para dedicarse a la enseñanza. En la foto: Maia Plisétskaia y Nikolai Fadéechev ensayando con Marina Semiónova en el Bolshói, 1964.


Imagen:RIA Novosti. Alexander Makarov


Fue maestra de bailarinas de la talla de Maia Plitséskaya, Rimma Karélskaia, Nina Timoféieva, Marina Kondrátieva, Natalia Bessmértnova, Svetlana Adirjáeva, Ludmila Semeniaka, Nadezhda Pávlova, Galina Stepanenko. En la foto: Natalia Bessmértnova ensayando con Marina Semiónova en el Bolshói.


Imagen:RIA Novosti. V.Malyshev. 1951.


En 1975 recibió el título de “artista popular de la Unión Soviética”, en 2003, obtuvo el premio Benois de la Danse, conocido también como el Óscar de la danza, en 2004, el premio del presidente de Rusia y premio de la Fundación Galina Ulánova por su trayectoria profesional. Pocos han logrado vivir una vida tan larga y brillante y Marina Semiónova seguirá viva en sus alumnos y alumnas.

Fuentes:
- RIA Novosti. V.Malyshev - Agencia Rusa de Informacion
http://sp.rian.ru/photolents/20100610/126652283.html
- El Pais -España:
http://www.elpais.com/articulo/Necrologicas/Marina/Semionova/estrella/ballet/ruso/elpepinec/20100611elpepinec_2/Tes

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