Revista de ArteS
N° 26
Mayo / Junio 2011 Buenos Aires
Argentina

 

 

 

 

 

 

 

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INDICE TEMATICO GRAL.

Carnaval de Binche, Bruselas

La ciudad medieval de Binche está situada al sur de Bruselas, en la provincia belga de Hainaut. Cada año, durante los tres días que preceden la Cuaresma, en esta ciudad de más de 32.000 habitantes se celebra un carnaval en el centro histórico de la ciudad que atrae a un gran número de visitantes extranjeros. El célebre Carnaval de Binche, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, es una de las más antiguas celebraciones de este tipo que sobreviven en Europa.

Durante esos días, reina un ambiente de gozosa efervescencia en la ciudad, donde miles de habitantes se afanan en la confección de suntuosos trajes y participan en los ensayos con los instrumentos de percusión y en los bailes de disfraces. El domingo de Carnaval, que marca el inicio oficial de las festividades, las calles y los cafés de Binche se ven invadidos por muchedumbres entusiastas que recorren la ciudad disfrazadas.

El apogeo de la fiesta es el martes de Carnaval, cuando hacen su espectacular aparición los legendarios Gilles. Una vez ataviados en una ceremonia ritual, varios centenares de Gilles ostentando sus trajes rojos, amarillos y negros, sombreros de plumas de avestruz, zuecos de madera, campanillas, máscaras de cera y pequeños anteojos, recorren la ciudad al compás del tambor.

Sólo los hombres nacidos en Binche o a un miembro de una familia de Binche pueden ser Gilles, y deben obedecer reglas estrictas. Tienen que permanecer juntos, siempre debe ir acompañados de batería y no se les permite fumar o comer en público. No está permitido un Gille a abandonar la ciudad o participar en certámenes en otras partes, o bien. La única excepción fue realizada para la exposición mundial de 1958 en Bruselas. Durante el desfile de Carnaval, Los Gilles lanzan naranjas al público: símbolo de la primavera y la tibieza. En las ventanas de las viviendas se colocan alambre de gallinero para evitar la roturas de cristales.

Pierrots, arlequines y campesinos siguen los desfiles mezclándose con los festeros y las bandas de música locales de instrumentos de cobre y clarinetes. Los bailarines, exaltados por las melodías tradicionales tocadas por violas y tambores, ejecutan una serie de complicados pasos, y entre ellos el eterno favorito, “el paso de Gille”.

El momento culminante de los festejos del día es el baile de los Gilles en la Plaza Mayor, iluminado por fuegos artificiales.

El carnaval de Binche es una genuina fiesta popular famosa por su espontaneidad y por la sustancial colaboración financiera de los participantes. Los habitantes de la ciudad están muy orgullosos de esta celebración y tratan de preservar las técnicas artesanales asociadas a los trajes, accesorios, bailes y músicas tradicionales del Carnaval.

Hay diferentes cálculos sobre cuándo fue el primer carnaval de Binche, pero el más conocido ocurrió en 1549, cuando Carlos V entró a la ciudad. La alegría duró siete días. El período de gloria de carnavales terminó cuando Enrique II de Francia tomó posesión de Binche en 1554. Sin embargo, más tarde fue revivida la tradición y hoy atrae a cientos de miles de visitantes. El carnaval es por mucho el mayor evento cultural en esta ciudad de clase trabajadora, honrado en 2003 por la UNESCO como una obra maestra del patrimonio inmaterial de la humanidad y Oral.

Es frecuente que asistan los miembros de la familia real de Bélgica y el broche de oro de la celebración carnavalesca es un gigantesco espectáculo pirotécnico.

Fuentes:
www.unesco.org
www.youtube.com

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