Revista de ArteS N° 28 - Sept. / Oct. 2011 - Buenos Aires - Argentina

 

 

 


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el tenedor

Fotografía: Andre Kertesz (Paris, 1928)

 

Aunque los orígenes parece que no están demasiado claros, la mayor parte de los documentos consultados coinciden en que el tenedor puede tener su origen en el siglo XI, como un pincho, de un solo diente (aunque hay quienes afirman que podría haber sido de dos), que mandó fabricar una princesa bizantina llamada Teodora, hija del Emperador de Bizancio, Constantino Ducas.

Este utensilio, fue fabricado para poder llevarse los alimentos a la boca, sin necesidad de tener que utilizar las manos. Cuentan, algunos autores, que este "pincho" fue fabricado en oro puro.

Pero sus comienzos no fueron fáciles. Este nuevo instrumento, proveniente de Constantinopla, sufrió un rechazo generalizado, por diversas razones, aunque la principal fue por la falta de pericia de quienes lo utilizaban. Se pinchaban la lengua, las encías, los labios ... lo utilizaban a modo de mondadientes, para rascar y hurgar ... Llego a denominarse "instrumento diabólico" por San Pedro de Damián, quien consideraba demasiado refinada la utilización del tenedor en las comidas.

La princesa Teodora, contrae matrimonio con Doménico Selvo, hijo del Gran Duque de Venecia, y trata de imponer en la corte este nuevo utensilio, conocido como "fourchette", que viene a significar "pincho". Lla fama de refinada de la princesa, no cayó en gracia a sus cortesanos y el nuevo instrumento no tuvo ningún éxito.

Parece ser, que el Rey Enrique III, fue uno de los precursores entre los años 1574 y 1589, tratando de extender el uso de este utensilio en su refinada corte francesa, con alguna pequeña variante respecto del modelo original de Teodora, pues contaba con dos dientes y un mango algo más amplio.

En el siglo XVII, y como avance a su generalización en toda Europa (finales del XVIII y principios del XIX), el descubridor y experto viajero británico Mr. Thomas Coyat, en uno de sus viajes a Italia conoce este nuevo utensilio. En alguno de sus diarios pueden recogerse referencias a este nuevo cubierto:

"Muchos italianos se sirven de un "pincho" para no tocar los alimentos, para comer los espaguetti, para tomar la carne ... No es nada refinado comer con las manos, pues aseguran que no todas las personas tienen las manos limpias".

Y ante el asombro de todos, Mr. Coyat, se lleva esta costumbre a la tradicional Inglaterra.

¿Por qué los italianos se asustan ante quien toca la comida con las manos? Porque, aunque fueron pioneros en Europa, comían desde siglos antes como lo hacen todavía en la vieja Europa, sin que por ello faltasen a las reglas de cortesía o de etiqueta; el único instrumento válido para ingerir la comida eran las manos. Pero los alimentos venían preparados (la carne troceada, incluso) para tomarse con las puntas de los dedos, sin que por ello se considerase una ofensa al buen gusto. Además se contaba con una sería de normas, como limpiarse después de cada plato los dedos, y no chupárselos.

Enrique III de Francia, precursor en Europa del uso del tenedor, establece uno de los primeros códigos de buenas maneras en el que podemos encontrar lagunas normas o consejos sobre el comer con las manos:

"Tomar la carne con tres dedos, sin tomar pedazos grandes que no quepan en la boca, y evitar tener demasiado tiempo las manos en el plato".

Con posterioridad a Enrique III, Carlos V de Francia, en un viaje a Venecia descubre el uso del tenedor pero, dada su "fama" de afeminado, el objeto fue considerado cursi y no apropiado para uso de los varones.

En Europa podemos decir que su uso se generaliza a partir de finales del siglo XVIII o principios del XIX, dependiendo de los países, extendiéndose después al resto del mundo, en muchos de cuyos lugares se utilizan utensilios similares.

En España, aunque su uso se generaliza al principio del siglo XIX, se tienen algunas referencias del siglo XIV, en el que los maestros trinchadores ya utilizaban un gancho o pincho, del que se hace referencia en la obra "Arte Cisoria" de 1.423, donde el Marqués de Villena hace esta descripción: "Utensilio de tres puntas, donde la primera tiene dos, y sirve para sujetar la carne que se ha de cortar, o para la cosa que ha de tomarse". También, se cuenta que el Emperador Carlos V lo había utilizado en ciertas ocasiones, y que Felipe III, fue otro de los descubridores del tenedor en España allá por el siglo XVII.

La primera industria que comenzó a fabricar estos nuevos utensilios en España, se ubicó en Barcelona, a principios del siglo XIX.

Fuentes:
www.protocolo.org


 

 

           
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