PASADO Y PRESENTE PRECOLOMBINO
Esta cultura que me pertenece, nos pertenece, me deslumbra, nos deslumbra, de a poco, como el buen vino, como una buena mujer, como el pan casero y la mesa bien puesta, no se impone rápidamente. Se degusta y se valora con el tiempo. Además, diría, que tiene que superar vastas barreras, no solamente estéticas. En este contexto, es necesario hacer notar que el conocimiento de su existencia, su valor y su difusión, no ha sido la más agraciada, si tenemos en cuenta, sólo para nombrar algún hecho de nuestra sociedad, que en términos educativos, la cultura precolombina está todavía bastante olvidada, salvo raras excepciones.
Esta negligencia es propiedad de los tres niveles de nuestra educación, como también de las currículas, de los métodos y las actitudes educativas, incluida la Ley Federal de Educación, quienes dejan, todavía, mucho para reflexionar sobre este punto, y por ende de la sociedad en su conjunto. Si hacemos un relevamiento, únicamente, y a modo de ejemplo, la bibliografía existente sobre arte en las bibliotecas de arte y escolares en general, nos encontraremos con que de cada cien libros referidos al hombre, su cultura, su historia, lo dedicado al arte precolombino es mínimo o inexistente.No es una novedad que estemos en esta situación, influenciados, en gran medida, por la educación europea y su gran responsable en nuestro país como fue Sarmiento y sus seguidores, con su lema también importado de "civilización o barbarie". Europa y EE.UU. siguen bajando líneas de pensamiento y de acción - absolutamente importados- sin que logremos poner el equilibrio necesario frente a este avasallamiento cultural y económico.
Vaso - retrato Mochica, representando un personaje definido. - Lima Peru - Museo Nacional de Antropología y Arqueología
Todo esto no implica una desvalorización de estas culturas en relación a otras, sino que consiste en separar las aguas y poner en su lugar los aportes hechos por cada una de ellas. Pero con una pequeña diferencia, CON RESPETO y SIN SOMETIMIENTO. De otra forma, es imposible encontrar la comprensión y la paz, para lograr una mejor calidad de vida.
Desde la colonia hasta nuestros días se dictan las normas y las interpretaciones. César Paternosto nos relata, lúcidamente, cómo, desde la mirada única, se puede perder de vista la verdad. Así dice que "la escultura monumental de los incas constituía, hasta no hace poco, un caso particular de esa otredad americana. Relieves netamente geométricos, rocas esculpidas in situ, innumerables e inútiles escalones facetados que modificaban formaciones geológicas enteras, no eran, precisamente, el tipo de manifestación artística que podía cautivar la mirada de los primeros cronistas españoles. Cieza de León, siempre perspicaz, observó que algunos trabajos de la cantería inca tenían cierta autonomía; Los "bultos y otras cosas mayores" -escultura de bulto o "en redondo", diríamos hoy-. De todas maneras, el sentido icónico del arte de Occidente en el siglo XVI, cuyos epítomes podrían ser la Pietà de Miguel Angel o la Virgen de la Silla de Rafael, mal pudo haber preparado a Cieza o a cualquiera de los cronistas para percibir la naturaleza escultórica de esos trabajos abstractos.
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