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CALLES DE PERROS

A Tom, in memorian*
Siempre me ha sorprendido la frecuencia con que efectuamos comparaciones negativas entre las personas y los animales. Si escuchamos que se habla de una "cobra" o de una "yegua", sabremos que una mujer temible anda suelta, o por el contrario, sea por su físico o por su intelecto, cuántas pueden decir que les ha sucedido verse denostadas porque les llamaron "vaca".....el disenso puede convertir a alguien en un "carnero" y si de "cuervos" se trata, el mes de feria judicial ha terminado.
Claro, también hay comparaciones positivas, pero por qué son las menos?. Tal vez porque todos los linces y todas las águilas tienen la vista que a no todos los humanos se les da en suerte, y así, con la potencia del "toro", o con el atributo físico del "burro", la supuesta bondad de una "paloma" contra la fiereza de los "halcones". Pero hay una comparación negativa incomprensible. Aquella que afirma que hoy es un "día de perros", que el jefe vino con un "humor de perros" y la que supone la portación de una "cara de perro"....Sin embargo, muy poco se habla de las "historias de perros".....que en realidad es una sola. La de las enormes virtudes puestas a prueba una y otra vez por tantos caninos "emperrados" en que aprendamos cuánto valen la amistad, la fidelidad, la lealtad sin concesiones ni debilidades.
Y así desfilan desde el perro que acompañó el cortejo fúnebre de Chopin hasta el Callejero al cual Alberto Cortéz le dedica una canción entrañable... o aquel otro que espera desde hace años en el Puerto de Mar del Plata a que su amo regrese del barco pesquero que naufragó...
En Cádiz, un perro acompañaba a su dueño al hospital una vez a la semana para hacerse una diálisis. Mientras el amo cumplía con el tratamiento de su enfermedad renal, él aguardaba en la puerta.
Pero sucedió un día, que su amo salió camino al cementerio por esa otra puerta por la que siempre se sale para no regresar.
Como Canelo era fiel a sí mismo, su nobleza y lealtad no aceptaron ni por un momento que la muerte es también destino de los humanos.
Y allí permaneció, sin lamentar que había dejado el techo caliente y la comida segura.....no fue un día ni dos, ni semanas ni meses sino exactamente quince años en los cuales, vecinos y dependientes del nosocomio, una vez le daban comida, y otras, agua y también lo salvaron del sacrificio administrativo pagando el rescate porque alguien lo confundió con un callejero inservible, ignorante de su lealtad de hierro. La muerte de Canelo sólo posible porque un turista no frenó a tiempo su auto, ha sido llorada por los humanos de aquella ciudad española tanto que el Ayuntamiento ha resuelto dedicar a su memoria una calle, no cualquiera sino precisamente la del hospital.
También Buenos Aires, tiene una calle con nombre de perro, es Chonino, entre Salguero y Cavia, al lado de las vías del ferrocarril. Hace mucho tiempo que el cartel indicador sucumbió por las obras del Paseo Alcorta y el alma del can baleado que evitó la muerte del agente policial al que acompañaba aguarda aún que su nombre sea repuesto no sólo para indicar qué nombre tiene esa callecita porteña.

* Tom apareció calcinado mordiendo la cadena a la que estaba atado durante los incendios en la época de la Secretaria de Medio Ambiente que vestía tapados de piel en forma muy sensual.
INTENTOS
Por qué a mí? Por qué no a mí?
De dónde era? A dónde iré? Cuándo?
Dónde estabas? Dónde estás?
Por qué son mis ancestros si no los conozco ni los quiero?
Por qué no conoceré a mis descendientes si son mi sangre?