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RELATOS BREVES

Autora:
HELENA LIBERATORI

EL FLORISTA
El florista ciego acude a la Justicia, dama ciega si la hay, en busca de una veredita porteña donde vender sus flores. Aquí no hay nada que hacer! Las veredas son de la Reina del Plata, y ella no quiere al florista que no ve. También en los tribunales vienen diciéndole que pese al caprichoso actuar, después de todo, las vereditas son de ella! ¿Cómo puede ser que el desdichado por partida doble, porque no ve y no puede vender sus flores, no encuentre quién lo escuche? Pues bien, cambiaremos el destino fatal, ya que en nuestras manos está, y haremos de este tribunal el punto de encuentro entre quien pide y quien no da. Y así quedó claro que no le es dado al florista porque él se equivocó. Sí, sí, no tenía que pedir, la Reina vino y dijo que si no hubiera pedido, ella nunca le habría dicho que No y entonces él estaría hoy en la veredita vendiendo sus florcitas!...
LA LATA DE TOMATES
Detesto los supermercados porque me obligan a ejercer uno de mis dramas existenciales. Miles y miles de productos allí ofrecidos en su aparente variedad, todos y cada uno pueden ser el que lleve...considero, analizo, veo y toco; elijo, opto y decido.
Cuando puse la lata de tomates en el changuito, me pregunté desde cuándo, cómo y por qué era para mí esa lata y quiénes son las personas cuyos destinos se entrelazaron de ese modo con el mío.

EL JUEGO DE LOS ROLES
...
Porque soy una mujer....., aprendí a reírme cuando dicen que soy habladora, me acostumbré a ser una loca más en la Plaza de Mayo, no soy tan frágil ni tan irracional, me apasiono sin remedio cada vez y qué suerte que el Medioevo pasó, parece entonces que puedo divertirme todo lo que quiera, bailar sin composturas y cantar no temiendo ser la "capellana del Diablo"...
Si yo fuera hombre........ya no preguntaría por qué no fuimos juntos a la luna, por qué existe un día para mí en el calendario, por qué en Italia hay un "Códice Donna", por qué las 113 puñaladas en mi cuerpo aquella tarde en Tigre, por qué estoy sola cuidando nuestro hijo, por qué un velo no me deja mirar el mundo, por qué mi adolescencia llega para mutilar mi cuerpo.....
Porque soy un hombre, aprendí a escucharte aún sin comprenderte, a que estés a mi lado en el espacio mirando la belleza inconmensurable del planeta, y aceptar que seas, vos, Mujer, la que me transplantó el corazón y me llevó en avión hasta Tokio....